lunes, 27 de agosto de 2007

Un Mensaje Peligroso

Un Mensaje Peligroso
Escrito por Gaku Homma, Nippon Kan Kancho
30 de Mayo de 2006


Estudiantes uchideshi del Shin Shin Aiki Shuren Kai rezando en el Aiki Jinja en Iwama.
Este año, no se les permitió a los estudiantes del Shin Shin Aiki Shuren Kai homenajear al Aikikai Ibaraki Iwama dojo.
Los IISA (Instructors in Support of AHAN) son instructores de muchos estilos y asociaciones que apoyan la filosofía del servicio a la comunidad de la AHAN, a través de proyectos humanitarios y del servicio comunitario en sus propios pueblos y ciudades. Como parte del programa IISA de la AHAN, la educación de los instructores es muy importante, especialmente para aquellos instructores que demuestran entusiasmo por el aprendizaje y dedicación por su propia práctica.
Esta primavera, Ali Uludag Sensei, presidente de la “International Uludag Aikikai Federation” de Estambul, en Turquía, acompañó a Homma Kancho en un viaje de la IISA a Japón. A Ali Sensei se le invitó a ir a Japón con Homma Kancho para que tuviera la oportunidad de conocer a diferentes instructores y diferentes dojos en Japón, de modo a ampliar su perspectiva como instructor y modelo a seguir en Turquía.
Al llegar a Toquio, Ali Sensei y yo, subimos al tren de la línea Joban con destino a Iwama, para asistir Festival Anual del Aiki Jinja (Aiki Shrine) Tai Sai. Mientras nos acercábamos a Iwama, pensé que debería explicarle a Ali Sensei un poco del papel que desempeñó Iwama en la historia del Aikido. Como Ali Sensei no habla ni inglés ni japonés, y yo no hablo turco, decidí que el simple método que habíamos desarrollado para comunicarnos entre nosotros (señales con las manos, pantomima y dibujos en papel) sería insuficiente para contar una historia tan compleja. En Japón utilizamos la expresión “ver una vez es mejor que oír cien veces”. Creo que esta expresión se parece a la que en inglés dice: “una imagen vale más que mil palabras”. Con esta idea en mente, decidí que la mejor forma de explicarle la historia de Iwama a Ali Sensei era dejarle ver por si mismo.

Muchos aikidokas de todas partes del mundo visitan Iwama para ver el sitio donde nació el Aikido y la casa del Fundador Morihei Ueshiba. Iwama pertenece a nuestra comunidad mundial del Aikido como un sitio de gran importancia histórica, no pertenece sólo al Aikikai. Este es el punto que quiero dejar claro y que es la razón por la que escribo este artículo. He presenciado recientemente en Iwama cierto hechos que me preocupan bastante y que creo que deben ser dados a conocer. Veo problemas pendientes que pueden tener graves influencias en nuestro futuro como comunidad aikidoca si los ignoramos en vez de hablar de ellos. Si no se dice nada, puede que la situación no cambie nunca, y como ya he dicho antes, creo que las consecuencias podrían ser graves para el futuro de nuestra práctica del Aikido.
He tenido durante gran parte de mi vida una relación muy personal con Iwama y con el Fundador Morihei Ueshiba, y mi historia en Iwama forma parte del camino que recorro hoy. Muchas personas que viven o han vivido en Iwama me han cuidado con esmero en el pasado, y durante los años que viví en Iwama forjé y sigo forjando muchas amistades. Con mis opiniones no pretendo ofender ni enfadar a ninguno de ellos, ni tampoco causar intencionalmente la discordia. Me siento a escribir este artículo para mantenerme fiel a mis convicciones y para mostrar el respeto y el aprecio que tengo hacia el Fundador y hacia todos aquellos que en Iwama me enseñaron y me cuidaron tan bien.





Ali Sensei después de rezar en el Aiki Jinja.












Ali Sensei con el Sr. Stanley Pranin, jefe de edición del “Aikido Journal”.






Durante los días que preceden al Festival del Tai Sai existe la costumbre de limpiar varias veces los terrenos del dojo de Iwama así como los del Aiki Jinja. El día que llegamos a Iwama se estaban llevando a cabo los preparativos para los eventos que se avecinaban. Los terrenos del Aiki Jinja se encontraban en silencio cuando me acerqué a ellos con Ali Sensei para enseñarle cómo debería mostrar su debido respeto a dichos eventos. Ali Sensei es un musulmán devoto y de acuerdo con las estrictas normas de la religión musulmana a ninguno de sus creyentes se les permite hacerle una venia a una persona, deidad o dios excepto a Alá. También forma parte de la enseñanza musulmana el respeto por otras formas de adoración, el cual Ali Sensei lleva muy en serio al mostrar su repeto hacia los demás. En el Aiki Jinja, Ali Sensei hizo una venia y aprendió la secuencia de palmadas propia como símbolo de su sinceridad, inocencia y admiración por el Fundador, y yo aprecié su objetividad.
Algunos piensan que el Fundador, Morihei Ueshiba, es un dios y le rezan como a una divinidad en el templo Aiki. Otros vienen en señal de respeto por las tradiciones del shintoísmo, religión con profundas raíces históricas en Japón. Yo, personalmente, no le ofrecí ninguna oración al Fundador como si de un dios se tratara, ya que, habiéndolo conocido en persona, no creo en ello. Sobre este aspecto he escrito en mi artículo “El Fundador, Morihei Ueshiba,¿Un Dios?”. Me pregunto qué habrá pensado Ali de mí, allí parado sin hacer nada, mientras que él, visitante de otro país, hacía una venia y daba palmadas.
Muy temprano en la mañana anterior al comienzo del Festival Tai Sai, se limpiaban por última vez el dojo de Iwama (actualmente llamado Aikikai Ibaraki dojo) y los terrenos del Aiki Jinja. El suelo lo barrían jóvenes uchideshi (studiantes internos) extranjeros y japoneses del Aikikai Ibaraki dojo.



Los uchideshi del Aikikai Ibaraki dojo permanecen en silencio sin saludar















Al ver que el saludo no es retrbuído, los uchideshi del Shin Shin Aiki Shuren Kai sonríen embarazosamente.





Ali Sensei y yo llamamos jovialmente a los uchideshi del Aikikai Ibaraki dojo, diciéndoles “¡Buenos días!”, mientras ellos hacían sus tareas. Ellos no nos retribuyeron el saludo. Ni siquiera desviaron la mirada de lo que estaban haciendo, como si todos ellos quisieran evitar nuestra presencia a aquella hora tan temprana de la mañana.
Llevo viviendo en los Estados Unidos desde hace más de treinta años. Ser extranjero y vivir solo en un país que no es el de uno, hace con que se aprenda a interpretar rápidamente a las personas y situaciones sin la necesidad de conocer el idioma local. En japonés utilizamos la expresión “Entender en un chispazo”. En inglés la misma expresión es “entender como un relámpago”. A veces, viviendo en los Estados Unidos, me he sentido como la mascota de la familia; sin poder contar con el lenguaje o el conocimiento de las costumbres para entender lo que ocurre en determinadas ocasiones. Como un perro he ido aprendiendo a confiar en mis otros sentidos para entender las situaciones a medida que vayan surgiendo. He aprendido a estar muy atento a la mirada, al tono de voz, al lenguaje corporal y a los modales de las otras personas. También he aprendido a actuar rápidamente respondiendo a mis instintos. Es una técnica de supervivencia que desarrolla todo aquél que haya vivido durante mucho tiempo en un país extranjero, principalmente cuando todavía no domina el idioma.
En esta situación, mi instinto me decía que estos jóvenes actuaban bajo órdenes estrictas de con quien podían interactuar y con quien no. Parecía como si una gran nube negra cerniese sobre ellos. Me pareció claro que les era permitido relacionarse con quien estuviera relacinado con el Aikikai, pero no con aquellos que guardaran alguna relación con el Iwama Shin Shin Kai ni con Hitohiro Saito Sensei. Para precaverse, estos uchideshi, que se arriesgaban a cometer ningún error, ignoraban la presencia de todos, icluída la mía, la de Ali Sensei y la de los simpáticos uchideshi de Hitohiro Saito Sensei.
Hitohiro Saito Sensei es el hijo del ya fallecido Morihiro Saito Shihan, guardián del Templo Aiki y del Iwama dojo hasta su muerte en 2002. Hitohiro Saito Sensei comenzó su propia organización, Shin Shin Aiki Shuren Kai separada de la sede del Aikikai en 2004.
Me preocupó mucho esta descortesía por parte de los uchideshi del aikikai Ibaraki dojo. Lo que me preoucupó aún más fue el hecho de que a uchideshis de otros países, que han viajado hasta Iwama para entrenar en el Aikikai Ibaraki dojo, se les haya dado la orden de rehuir abiertamente a determinados miembros de la comunidad. Estos jóvenes estudiantes han, evidentemente, ahorrado su dinero para venir a Iwama con el fin de realizar un sueño, el de practicar donde el Fundador ha vivido, entrenado y desarrollado el Aikido. Me entristeció que la primera lección que han recibido estos jóvenes e inocentes alumnos, nada más llegar, haya sido la de NO hablar con determinadas personas. ¿Qué tipo de mensaje es éste? Si a estos jóvenes uchideshi nadie les ordenó que no hablaran con los demás, entonces alguien tiene que enseñarle a sus nuevos uchideshi que es de buena educación saludar a los vecinos y dar los buenos días, para esto sirve un dojo…

Érase una vez…

Sabía por el sonido que las nuevas ranas bebés habían empezado a emergir del lago que queda por detrás del Aiki Jinja. Especialmente después de un aguacero, miles de ranitas comenzaban si migración desde el lago que queda más allá del Templo Aiki hacia el dojo. De vez en cuando, Morihiro Saito Shihan nos daba la rara oportunidad de acernos una fotografía con él debajo de la entrada del Templo Aiki. Recuerdo que una mañana de suerte, en la que me fue concedida la oportunidad de sacarme una foto con Shihan, intentaba no pisar a las miles de ranitas bebés mientras caminábamos.

Creo que algunas de esas ranas bebés, que consiguieron sobrevivir a la pasada de Morihiro Saito Shihan, todavía andan por ahí, y desde su muerte que han crecido para transformarse en ranas gordas y viejas que siguen escondiéndose en las sobras de los terrenos del Iwama dojo.
Más tarde, esa misma mañana anterior al comienzo del Festival Tai Sai, llevé a Ali Sensei al Iwama dojo (Aikikai Ibaraki dojo) para que pudiera ver donde había vivido y practicado el Fundador. Nada más llegar a la entrada de la propiedad una de las “ranas viejas” nos detuvo echándonos con debilidad, ya que por su edad tenía dificultad en moverse. Le dije: “Este caballero es un invitado de Estanbul, Turquía. Es un miembro del Aikikai y tiene la graduación de 5.º dan. Tiene varios dojos en Turquía y en los países cercanos y ha hecho un largo viaje para conocer el dojo del Fundador. ¿No nos permite entrar?”. La rana vieja nos echó, sabía que éramos invitados del dojo de Saito Sensei, Shin Shin Aiki Shuren Kai.
En la entrada de la propiedad del Aikikai Ibaraki dojo hay un letrero. Dice en japonés: “¡Prohibida la entrada, a menos que estés relacionado con los dueños de esta propiedad!”. Me pregunté qué querría decir en realidad. ¿Cuál es el significado de “relacionado”?. Una vez que vienen a Iwama aikidokas de todo el mundo para visitar el dojo del Fundador y el Templo Aiki, talvez sería conveniente que en el letrero constara en todas las lenguas quien es bienvenido y quien no, y quien está relacionado con el dojo y quien no. Junto con los nuevos letreros, deberían construir también vallas más altas y cancelas más resistentes, con un guardia que revise los papeles verificando que uno esté o no relacionado con el dojo. De esta manera, ninguna de las ranas viejas del Aikikai Ibaraki dojo tendría que echar personalmente a los visitantes indeseados.
Había también otra aikidoka extranjera visitando Iwama mientras estuvimos por allí. El dojo de donde venía solía formar parte del Aikikai subordinado a Morihiro Saito Shihan hasta su muerte. Cuando Hitohiro Saito Sensei decidió independizarse del Aikikai, su instructor optó por juntarse a Hitorhiro Saito Sensei en su nueva organización. Ella no tuvo nada que ver con esta nueva asociación y, además, se sentía francamente feliz por poder simplemente practicar aikido en su país. Esta joven vino a Iwama con el propósito de conocer el dojo del Fundador y el Aiki Jinja. Vino para vivir estos lugares tan importantes en la historia del aikido. Debido a su nueva afiliación, durante su estancia en Iwama fue una uchideshi más del dojo del Shin Shin Aiki Shuren Kai.
Esa misma mañana, salió para ver por si misma el dojo original de Iwama o lo que es actualmente el Aikikai Ibaraki dojo. Cuando se acercó al dojo, preguntó si no habría incoveniente en que utilizara los servicios situados en la parte de afuera del dojo, en la zona de la entrada. Le rechazaron su pedido y la echaron para que utilizara el baño en cualquier otro lado fuera de aquel local. Regresó al Shin Shin Aiki Shuren Kai dojo desanimada con lo que le había ocurrido, preguntándose porqué la gente del dojo del Fundador la había tratado de aquella manera. Esto no era lo que ella había soñado cuando soñaba con venir a Iwama.





Jóvenes invitados de Rusia. Sus sonrisas sostienen el futuro de nuestra práctica del aikido.








Al mismo tiempo que nosotros, también se encontaban allí un grupo de diez jóvenes de Vladi Vostok, Rusia, con sus instructores, visitando Iwama para el Festival del Tai Sai. Todos se hospedaban en el Shin Shin Aiki Shuren Kai dojo. Todos ellos eran muy bien educados y bien comportados. Ninguno se atrevió a visitar por si solo el Aiki Jinja o el dojo del Fundador. Los uchideshi del Aikikai que varrían los terrenos les pasaron el mensaje de que no eran bienvenidos. Habían recibido el mensaje sin que se lo dijeran.
Cuando las personas se empezaron a reunir para el Festival del Tai Sai encontré a los niños de Rusia y a sus instructores intentando ver el Aiki Jinja desde el otro lado del camino. Me acerqué rápidamente a ellos y los escolté personalmente en una visita guiada al Templo y al Aikikai Ibaraki dojo. Los niños miraban alrededor un poco dudosos preguntándose si no habría problema en que fueran. Según entramos, una de las ranas viejas levantó sus brazos para decirnos que nos detuviéramos. No iba a permitir que esto ocurriera. Aunque me estuviera arriesgando a que me expulsaran físicamente de las instalaciones, no iba a desilusionar a estos niños que habían viajado de tan lejos para ver el dojo del Fundador. Se deleitaron cuando les ayudé a sacarse unas fotos delante del Aiki Jinja y del dojo del Fundador. No había, de ninguna manera, una razón para que a estos niños inocentes de Rusia se les prohibiera visitar estos lugares históricos.




Uchideshi sonriendo en el Shin Shin Aiki Shuren Kai.











Hitohiro Saito Jukucho concentrado mientras enseña.










Escuché de uno de los uchideshi de Saito Sensei una triste historia. Una noche,aproximadamente una semana antes del Festival del Tai Sai, una mujer extranjera llegó al dojo con una gran maleta. Los uchideshi la recibieron calurosamente y ella se mostró aliviada cuando la llevaron al comedor de los uchideshi. Dijo: “Estoy aquí para ser un uchideshi”. Como hay siempre muchos uchideshis legando y partiendo del Shin Shin Aiki Shuren Kai dojo, le dieron la bienvenida junto con una taza de té y la cena. Después de la cena, le ayudaron con la ropa de cama y le mostraron las habitaciones. Mientras estaban en ello, se dieron cuenta de que ella no era uchideshi Saito Sensei sino del Aikikai Ibaraki dojo. Dándose cuenta de su error, recogió rápidamente sus cosas y se marchó a toda prisa al Ibaraki dojo en la puerta de al lado.
A la mañana siguiente, los uchideshi del Shin Shin Aiki Shuren Kai la vieron barriendo los terrenos de alrededor del Aiki Jinja. Mientras pasaban los uchideshi la saludaron. Ella no les respondió, no les dijo hola ni siquiera les sonrió. Creo que su entrenamiento ya había empezado.
¿Cómo se supone que debemos entender estos acontecimientos? No me creo que aikidokas que hayan viajado de otros países a Iwama para convertirse en uchideshis actúen así espontáneamente. Me temo que en estos días se está enviando un mensaje muy peligroso desde Iwama, un mensaje discorde a la historia y a la tradición de Iwama y del Aikido.
En el “Aikikai Shinbun” vienen varios artículos sobre el suceso y la gran cantidad de participantes de los seminarios del Aikikai por todo el mundo. Cualquier ciudadano japonés que lea el Aikikai Shinbun japonés se debe sorprender con el éxito del Aikikai en todo el mundo. Algunos artículos sobre los seminarios alardean de los cientos de participantes, otros, de los miles de ellos. Pero lo que no se dice en estos artículos del Aikikai es que muchos de los participantes de estos seminarios no son miembros del Aikikai sino que van por libre o pertenecen a otras organizaciones. Especialmente en Europa y en Norte y Suramérica, donde son muy comunes los seminarios abiertos a todas las artes y donde los practicantes de las mismas superan el número de participantes del Aikikai.
Estos artículos ofrecen una muy buena impresión, favorable al Aikikai, ante organizaciones donantes como la Nipón Zaidan. Este tipo de organizaciones deben tener en cuenta que el esplendor desprendido de estos artículos no refleja realmente la reputación del Aikikai en el mundo. No todo aquel que participa en los seminarios del Aikikai o que visita Iwama, pertenece al Aikikai.

Para todos los aikidokas del mundo, Iwama es un lugar de gran importancia en nuestra historia del Aikido. Iwama es parte de la herencia de cada aikidoka. No es propiedad de unas cuantas ranas viejas. Iwama nos debería pertenecer en espíritu a todos nosotros.
Los visitantes extranjeros vienen a Iwama sin conocer la lengua, las costumbres o la cultura japonesa. Vienen para conocer la casa del Fundador y para rendirle homenaje. Encontrarse con unas cuantas ranas viejas peleándose con los vecinos del otro lado de la calle deja una impresión que no creo que queramos compartir con nuestro mundo del Aikido. Esta no es una representación correcta de la educación, la hospitalidad ni de la etiqueta japonesa. En el Aikikai Shinbun se publican artículos tras artículos sobre el suceso de los seminarios del Aikikai por todo el mundo, pero en Iwama, la herencia del Aikikai se está manchando y estropeando. ¿Qué es lo que enseñan los que echan a los visitantes, los que no les permiten hacerse una foto, o no les dejan ir al servicio? No debería ser tan difícil enseñar a los alumnos a dar los buenos días a sus vecinos, principalmente cuando esos mismos vecinos también forman parte de nuestra comunidad del Aikido.
Los problemas actuales en Iwama no se heredaron del Fundador, ni de sus enseñanzas ni de su filosofía. El Fundador no dio lecciones de acritud o exclusividad, enseñó el camino de la armonía y del amor.
Érase una vez…
Entre la estación de tren de Iwama y el dojo existía una gran arboleda de bambúes y castaños. Tenía que enviar por correo un paquete del Fundador en la oficina de correos cercana a la estación de tren, así que me subí a mi vieja bicicleta para llegar a la oficina de correos en un espacio de tiempo razonable. En cuanto empecé a pedalear escuché un vozarrón que me decía por detrás: “Si te encuentras a algún vecino por el camino, para, por favor tu bicicleta, bájate y salúdale educadamente antes de seguir en frente”. Estas fueron las palabras que me dirigió Morihiro Saito Shihan, palabras que reflejan la actitud y la filosofía del dojo de Iwama en aquel entonces…












Después de la muerte de Morihiro Saito Shihan se le prohibió al Aikido Journal, la mayor fuente de información del Aikido en el mundo, vender libros, videos o cualquier otro tipo de material en el Aikikai Ibaraki dojo ni en los terrenos del Aiki Jinja Aiki durante el Festival Tai Sai. El Aikido Journal trasladó su quiosco de venta, situándolo delante de la casa de la familia de Saito. Con esta simple acción se borró la historia de la vida de Morihiro Saito Shihan en Iwama
¿Qué ocurrirá si los visitantes de Iwama siguen teniendo experiencias como las que se cuentan en este artículo? Creo que estos hechos, que reflejan el empobrecimiento de la propia organización del Aikikai, harán con que cada vez más se independicen más estudiantes. Actualmente el Aikikai Shinbun habla del suceso de los seminarios del Aikikai por todo el mundo. Con el mensaje que se ha estado transmitiendo en Iwama, me temo que en el futuro los artículos no hablarán del suceso que alguna vez tuvo.
Por todo el mundo, la primera generación de instructores japoneses está perdiendo su posición de líder en nuestra comunidad del Aikido. Algunos de estos grandes instructores han fallecido y otros se han jubilado recientemente. Me pregunto si las ranas viejas reinantes en Iwama piensan en el futuro a largo plazo del Aikido. En nuestro futuro, es muy probable que algunos de estos uchideshi que están aprendiendo a no saludar, ni a tener pequeñas cortesías con los otros aikidokas lleguen a ser instructores. Esta generación será algún día líder y tendrá el futuro del Aikido en sus manos. Lo que se les está enseñando ahora no es el mensaje correcto. De hecho, es muy peligroso el mensaje que estos futuros líderes estarán llevando con ellos por el mundo.
Es posible que un día nuestra comunidad internacional de Aikido evite a todos los instructores japoneses al igual que las ranas viejas de Iwama hacen con los invitados extranjeros actualmente en Iwama. Este podría ser perfectamente el resultado de lo que se está enseñando actualmente en nuestros lugares de herencia en Iwama.
A veces el negativismo puede ser transmitido más alto sin palabras que con ellas, y este negativismo es igual de peligroso y dañino tanto para el que lo da como para el que lo recibe. Debemos tener mucho cuidado con lo que enseñamos a todos los niveles, por nuestro futuro no muy lejano.
He visto el daño que este tipo de actitudes pueden causar no solo en nuestra comunidad del Aikido sino también en la de otras artes marciales japonesas.
Conozco a muchos aikidokas que aún viven en Iwama. El primer sempai que encontré cuando llegué a Iwama para ser uchideshi del Fundador, todavía vive en Iwama. Nunca olvidará su amabilidad cuando me saludó aquel día, a mí – Un chico flacucho de pie en la cancela con un keiko gi y un futon (en aquellos tiempos los uchideshi tenían que traer su propia cama) – y me mostró el camino. Él y otro como él viven actualmente con sus propias familias formando parte de la ran comunidad de Iwama. También por la gente de Iwama espero que estas riñas y las malas relaciones puedan superarse.
Sé que algunos no estarán muy felices de que haya escrito sobre los problemas que he visto en Iwama y que haya compartido mis opiniones con el mundo. Sin embargo, este problema no afecta solo a los que viven en Iwama, sino que es un problema que nos afectará a todos nosotros si no se hace nada. Espero sinceramente que llamando la atención hacia este problema, exista la oportunidad de hacer del Iwama dojo y del Aiki Jinja el símbolo de herencia que debería ser para todos nosotros.

Traducido en Mayo de 2007 de
http://www.nippon-kan.org/senseis_articles/06/dangerous_message/dangerous_message.html

Por Magda Camões. Revisión: Fátima Chaves





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